CONTIGO O SIN TI

Con Rosa Mercedes tuve una relación de 7 años y unos cuantos meses más, nunca en realidad supe los motivos por el cual mi relación se terminó, nuestra relación parecía de lo más estable, siempre hacíamos todo juntos, descubrimos los distintos matices del amor, en las buenas y en las malas, como debería de ser, salíamos a varios lugares y ya las personas sabían que lo nuestro pintaba para el matrimonio.


Hasta que una mañana de un domingo de Agosto ella me dijo dos palabras que significan un punto de quiebre en toda relación-estoy confundida- cuando me dijo eso entendí que pronto iba a pasar a las filas de los grandes solteros, y para ser honesto creo que más que me duela la ruptura, me dolía el hecho que todo el mundo sabía que esa relación llegó a su fin. Me imaginaba discutiendo con mi madre. Ella recriminándome el por qué dejé pasar a una buena chica, trabajadora y de su casa. A mis hermanos diciéndome que cojudo eres, a hora ya nadie te va a querer, a los amigos de la iglesia, lamentándose por mí, sufriendo por mí. Ese era el verdadero dolor, estoy seguro que todos aquellos que terminan una relación siempre tienen una proporción de miedo o incomodidad sobre el qué dirán los demás, en mi caso el dolor pasaba de esa manera (sobre el qué dirán).


Al cabo de unos cuantos meses, cuatro para ser más exactos, ella contrajo matrimonio, con el tipo de la confusión, fue curioso pensar que lo que no hice en 5 años ese chico lo hizo en cuatro meses y eso que solo se conocían un poco menos de un año. Todos mis amigos y en especial mis amigas, me animaban a que vaya con la frente en alto a la boda, que entre a la boda hidalgamente, porque sino el resto de las personas me pudieran tildar de sufrido, o de que no superé lo que había pasado y que yo, aún seguía amándola.


Por instantes pensaba en muchas cosas como para impedir la boda, por ejemplo me imaginaba saltando de un extremo de la iglesia amarrado de una soga cual estilo tarzanesco y raptándome a la novia y llevándomela lejos de él. Pero sé que era una vana ilusión.


La idea que cobró fuerza fue la de contratar a una chica para que simule estar embarazada de él y así en el momento en el que se diga que si alguien quiere impedir la boda ella diga ¡yo! ¡estoy embarazada del novio ¡ me imaginaba el murmullo de los invitados, la cara del novio de confundido y en ese instante entrar yo y llevarme a la novia, pero la realidad era que masoquistamente me había conseguido el parte de boda de ellos y lo miraba y miraba intentando quizás encontrar alguna falla para criticarlo, borraba sus nombres con corrector y colocaba mi nombre junto al nombre de cualquier chica.


El día de la boda fui a la iglesia, pero no entré, me quedé parado a unos metros y mientras los pensamientos me abordaban me percaté que ellos, los recién casados, salían de la iglesia, al instante emprendí mi huida. No sé como corrí hasta la esquina y dar vuelta, corrí rápidamente como si el demonio o una banda de ladrones estuvieran tras de mí. Al rato una amiga me llamó al celular y me preguntó si yo había estado por ahí, yo contesté con una sonrisa irónica que no, que tenía mejores cosas que hacer y que además estaba con una linda chica platicando y tomando un café. Ella me dijo eso porque había encontrado mi carnet universitario fuera de la iglesia.


Después de eso ocurrieron dos cosas que ameritan otras páginas, tan solo imagínense que el esposo de mi ex, llegó a trabajar en el colegio donde yo laboro y luego de un año ella misma estuvo trabajando conmigo.


Escribo esto no por un acto de despecho ni tan poco porque mi corazón aún late con su nombre, nada que ver, este texto es una muestra que los “dolores” que puede provocar una ex, son llevaderos, que la vida misma se encarga de poner todo en su lugar, que contigo o sin ti yo seguiré siendo el mismo y el brillo de mi sonrisa no se opacará jamás.










PD: No se me ocurre otra canción más que esta, dicho sea de paso es una canción que ha marcado a muchas generaciones, GRANDE U2 QUE ES COMO EL VINO, MIENTRAS PASEN LOS AÑOS ES MUCHO MEJOR.