lunes, septiembre 27, 2010

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL GUERREO






Después  la  “venganza” que obtuvimos  correteando a los del Eguren y a los del Melitón  llegué como a mi casa a eso de las 9 de la noche y mientras me acercaba me di cuenta que en mi vereda  me estaba esperando mi enamorada, MariaPaz, le había prometido después de aquella noche en que me  enfrenté a cuatro chicos del  Meliton y me agarraron los policías que nunca más iba a estar en peleas, que todo eso  lo iba a dejar  sólo por ella, pero no fue así. Su rostro era como el de mi madre, un rostro decepcionado, triste por la elección que había tomado- discúlpame todos vinieron a pasarme la voz,  y no pude dejarlos-  le dije mientras intentaba abrazarla-
-¡Mírate ¡   lo prometiste, me dijiste tantas cosas, es que acaso no te importa lo que  tenemos-              y mientras ella me reclamaba evitó que la abrazara en dos oportunidades,  las escusas estaban demás ya nada iba a cambiar su opinión, de pronto, una lágrima tras otra de apoderaron de su lindo y blanqueado rostro- Paz, no llores por favor, ahora sí todo acabó, ya fue- le dije mientras intentaba secar sus lágrimas con mis manos, ella se resistió y me comentó que sus padres le había prohibido  que me  sea su enamorado, que nunca más la vuelva a buscar sino, ella se iría la Callao a vivir con sus  abuelos.
-Mi mamá y mi hermano te vieron guerreando, gritando y tirando piedras en la calle- la cagaste toda, ya no puedo seguir viéndote-  y sentí que el cielo se caía en pedazos, un escalofrío recorrió mi cuerpo adolescente de 17 años mientras el sonido estrepitoso de una ambulancia recorría mi calle-Paz no me hagas esto, si quieres yo hablo con tu mamá, pero no me hagas esto- le supliqué,  pero  ella retrocedía lentamente y con lágrimas en los ojos me dijo adiós.