AMOR EN EL METROPOLITANO

Como toda persona que tiene la suerte de trabajar en este país he hecho de mi vida prácticamente una rutina, desde que uno abre los ojos hasta que los cierra. Pero en ocasiones hay eventos en que nuestra rutina es interrumpida violentamente, tal vez al ver un accidente de tránsito (o ser parte de ella misma) vivir la experiencia de un asalto o algo parecido…
Después que abordé el metropolitano en la estación central de Matellini dos estaciones más adelante subió un señorita que paralizo mi mente y sólo por ese instante conocí el cielo y sus virtudes, sus cabellos eran largos y ondeados como si el viento estaría eternamente en ella, sus ojos grandes y verduzcos hacían juego con sus delgados labios, terminando así de construir una perfecta melodía hecha mujer, fue una casualidad que yo haya mirado a la puerta para ver quien subía, y cuando ella entró parecía que los rayos del sol adornaban su figura y algunas palomas blancas volaban lentamente a su alrededor.

Después que salí del trance hollywoodense de mirarla, sentí la necesidad de cerrar la boca rápida mente para evitar en poco el papelón que estaba haciendo, luego escuche a unos chicos estaban sentados atrás decir que le falta cuerpo, en esos momentos quise vestirme de Quijote, o Amadis de Gaula y defender a mi amada, e incrustarle una espada por hablar así ella, pero solamente atiné a voltear y mirarlos incómodamente.

Al siguiente día, de manera fortuita estuve en la estación central de chorrillos a la misma hora, tomé el bus que salió a la misma hora y dos estaciones más adelante ella subió, al instante me percaté que ya no había asientos vacíos y sólo quedaba el mío, imagínense por instante los escalofríos que sentí en ese momento, se sentó a mi lado y el bus emprendió su marcha. –Piensa en algo que decirle, no seas tonto- me dije angustiado- los minutos pasaban y ya me acerba a Barranco, hasta que ella me preguntó – ¿ese libro de Bayly es bueno? He oído que es el mejor que escribió- me dijo con la voz más preciosa que he escuchado-. Sí , personalmente pienso que es el más cuerdo que ha escrito ese autor –respondí tímidamente-. E hizo un gesto agradable - se va , tu conversación se va Johnny- me dije preocupado- hasta que le hice la pregunta más estúpida que alguien puede hacer en ese momento, no sé por qué lo dije , yo no lo pensé pero lo dije- ha subido el pollo no? – ¿Cómo?- me dijo algo sorprendida- no nada olvídese- le dije un tanto avergonzado y con el rostro ruborizado-. Y unos segundos más adelante ella se fue de mi lado, bajo una estación antes que yo, pero cuando se retiró me percaté que se le había caído un colet , quise en ese instante seguirla para entregárselo pero no pude y decidí guardarlo.



Al siguiente día, en el trabajo, cuando llegué a dictar mi clase, confieso que mi mente estaba totalmente pensando en cómo entregarle su colet y no en el tema de literatura que estaba hablando, imaginaba que yo me acercaba a ella y le amarraba el cabello suavemente mientras le colocaba el colet como si fuera un collar de perlas y tras de mí una sonata de violín adornando el momento con una melodía romántica.

Pasaron tres días yo procuré estar a la misma hora de siempre, pero ella no llegaba. Mis días ya no eran los mismos. insistí al siguiente día- es la última vez-me dije –. Y en eso ella apareció pero esta vez en la estación central de chorrillos, estaba más bella que nunca, pasó su tarjeta y entró a tomar el bus , en eso decidí acercarme a ella, tomé aire y me acerque hacia ella- amiga disculpa, disculpa- le pasé la voz un tanto nervioso, ella volteó- sí - atinó a responder – un poco extrañada- creo que esto es tuyo – le mostré el colet que aún tenía su aroma, lo miró , extrañada y me mostró una sonrisa de las más hermosa que yo haya visto, - ah tú eres el del pollo- se rio disimuladamente- bueno sí , hablamos un poco la otra vez- le dije un poco más seguro de mismo-

-yo misma lo bote a propósito , para ver tu reacción- me dijo mostrándome una pequeña sonrisa.

-disculpa, yo tengo efecto retardante y a la hora que iba a salir el bus ya cerraba sus puertas- le dije – pero sabes, desde esa vez yo estuve esperándote fielmente, todos los día, a que llegaras para entregarte tu coelt

-que lindo gesto de tu parte- me dijo sintiéndose un poco mimada.

Y mientras conversamos ya habían pasado como tres buses del Metropolitano pero a ella no le incomodaba eso, decidido y un tanto nervioso la invité a tomar un café o una gaseosa. Ya eran como las tres de la tarde. Pensé que me rechazaría pero aceptó, hablamos mucho y del interés que tiene en la lectura, sobre todo de los autores de la Beat Generation, hablamos tanto que no nos dimos cuenta que ya eran casi las 6 pm – wow como se pasa el tiempo , y yo que iba a pagar al banco, pero mañana lo haré- comentó –gracias por esta linda tarde- agregó muy relajada -

no te preocupes, fue un placer , sólo te puedo hacer una pregunta?- Sí, dime no te preocupes- respondió serenamente.

¿Por qué aceptaste tomar un café y quedarte conmigo casi toda la tarde? – ella se quedó en silencio o por unos instantes.

La verdad lo hice, porque me gusta mucho como me miras, veo un brillo especial en tu mirada hacia mí, hace tiempo que ya nadie me mira así como tú lo haces,

-¿es enserio?- respondí.

-Sí y por eso dejé mi colet a propósito, porque desde que entré a ese bus , tu forma de mirarme me agradó muchísimo , me hizo sentir especial.

Yo me quedé pasmado, sorprendido por su respuesta y cuando estuve a punto de decirle algo, ella me besó. Y Sentí que el mundo giraba más rápido, me perdí en el tiempo y en el espacio mientras ella me besaba.

- Discúlpame no debí hacerlo- , no debí hacerlo-.

- no te sientas mal – le dije intentando consolarla. -Es que soy casada, me entiendes, y por más que mi esposo no me ame y sólo sea un objeto para él debo respetarlo. El tono de voz y sus palabras me enternecieron, -pero gracias por hacerme sentir esta pequeña ilusión de amor, tal vez si algún día decida separarme, sé que te encontraré aquí…-aunque suene cursi e infantil- intentaré esperarte – le dije -. Mientras se marchaba, mi corazón se iba con ella -al menos quiero saber tu nombre- pregunté tratando que ella me escuche-. Roxana – respondió alzando la voz y se marchó-. Yo me quedé con la sensación del beso que medio y una gran pena intentando retroceder esos los minutos y quedarme eternamente en el momento en que nos besábamos.



PD: Ya ha pasado casi más de un mes y hasta hoy no la he vuelto a ver, la busqué tres días en el internet a través de todas redes sociales y me di con la sorpresa  que está casada con un empresario muy conocido de Lima.

* Le compartí que escribo en este blog y que esta historia la escribiría.

NO SE ME OCURRE OTRA CANCIÓN MAS QUE ESTA.  Roxane , The Police ,  ojo con el baterista que es excelente.