EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL GUERREO

Después  la  “venganza” que obtuvimos  correteando a los del Eguren y a los del Melitón  llegué como a mi casa a eso de las 9 de la noche y mientras me acercaba me di cuenta que en mi vereda  me estaba esperando mi enamorada, MariaPaz, le había prometido después de aquella noche en que me  enfrenté a cuatro chicos del  Meliton y me agarraron los policías que nunca más iba a estar en peleas, que todo eso  lo iba a dejar  sólo por ella, pero no fue así. Su rostro era como el de mi madre, un rostro decepcionado, triste por la elección que había tomado- discúlpame todos vinieron a pasarme la voz,  y no pude dejarlos-  le dije mientras intentaba abrazarla-
-¡Mírate ¡   lo prometiste, me dijiste tantas cosas, es que acaso no te importa lo que  tenemos-              y mientras ella me reclamaba evitó que la abrazara en dos oportunidades,  las escusas estaban demás ya nada iba a cambiar su opinión, de pronto, una lágrima tras otra de apoderaron de su lindo y blanqueado rostro- Paz, no llores por favor, ahora sí todo acabó, ya fue- le dije mientras intentaba secar sus lágrimas con mis manos, ella se resistió y me comentó que sus padres le había prohibido  que me  sea su enamorado, que nunca más la vuelva a buscar sino, ella se iría la Callao a vivir con sus  abuelos.
-Mi mamá y mi hermano te vieron guerreando, gritando y tirando piedras en la calle- la cagaste toda, ya no puedo seguir viéndote-  y sentí que el cielo se caía en pedazos, un escalofrío recorrió mi cuerpo adolescente de 17 años mientras el sonido estrepitoso de una ambulancia recorría mi calle-Paz no me hagas esto, si quieres yo hablo con tu mamá, pero no me hagas esto- le supliqué,  pero  ella retrocedía lentamente y con lágrimas en los ojos me dijo adiós.

Quise ir tras ella, quise detener el tiempo  y tomarla en mis brazos pero no pude, me quedé parado a pocos metros de mi casa, y entonces todo se volvía más oscuro, intenté contener mi llanto, para que no me  vean así cuando entre a mi casa, y por primera vez en mi vida comprobé lo que muchos poetas  habían dicho sobre el desamor, comprobé que  en ocasiones respirar duele mucho, que cuando entiendes que la chica más espectacular que hayas tenido se está yendo por una calle vacía, sola y llorando, el mundo se vuelve en un inmenso túnel en el que ya no hay salida alguna y que ni el mismo Dios te puede ayudar.

Como era de imaginarme los días. Las horas y los minutos se pasaron lentos y pesados,  todo me recordaba a ella.  Me refugié  en la literatura, escribía poesía pensando en ella, recordando los buenos momentos  que pasábamos.  Al cabo de dos semanas más empecé a salir de mi casa, me iba a caminar y caminar mucho. Un día decidí ir a verla a su colegio, ella salía a la 1 de la tarde y como siempre salía con sus amigas, así que desde la esquina me conformaba sólo con mirarla, sin que se dé cuenta, desde lejos , eso para mí era suficiente para sobrevivir.

Una Tarde el Pelagato me pasó la voz para ir al Ovalo Balta para hacer hora un rato y a empezar a superar todo lo que me pasaba, sin ánimos de ir acepté, llegamos y todo era como de costumbre, al día siguiente fuimos otra vez y después de una semana la vieja costumbre de estar ahí en Ovalo a las 6 y 15 de la tarde había regresado. Un lunes en el Ovalo un amigo del  Pelagato nos presentó unas chicas del colegio República de Chile, le sacamos plan para el día siguiente, la idea era que ellas no iban al colegio y nos quitaríamos todos a la playa a hacer hora.

Al día siguiente, cuando llegamos a la playa dentro de mi cabeza pasó la idea volver a enamorarme otra vez, pero el recuerdo de los besos de Mariapaz  no me lo permitían ¿jugamos a la botella borracha?- pregunto una de las chicas del grupo, todos nos animamos,  la pasábamos bien – te toca, me dijo una de ellas. El recuerdo de mi ex  había hecho que no reconociera  lo bonita que era esa chica,  de labios lindos - ¡uy!!!  Justo salieron los dos- dijo  mi amigo Omar –¡chape!  ¡chape! -  vociferaban los demás jugadores. Ella  se acercó a mí y me beso, yo le seguí el ritmo y se volvió más intenso, la besé con amor, con pasión, pensando que era Paz y ella me siguió –¡asu!, oe respira amigo- me dijo una de ellas en son de broma y regresé a mi realidad.

Al cabo de dos días después, un viernes por la tarde,  alguien me pasó la voz, era la chica de labios lindos, estaba sola y salimos por ahí. Caminamos como 30 minutos conversando de de varias cosas y me pidió me mañana también nos veamos, por supuesto que yo accedí  sin preocupación alguna.  Esa vez fuimos demasiado lejos, ella me beso y  yo le seguí,  me encantaban sus labios,  y mientras la besaba recordé la promesa que le hice a Paz, que  algún día besaría alguien que no fuera ella, siempre la recordaría, pues aquella tarde para noche, de 6 y 30  hasta las 7 y 15, estuve recordando a mi ex prolongadamente.  Uno de esos días en que salí con la chica de labios lindos,  una señora  que tenía una tienda en el barrio, me vio, ella sabía que yo había estado con Paz, yo hice que no la vi y la ignoré.

Estuve pensando que era el momento de terminar mi relación efímera con la chica de labios lindos, y justo ese día en que estaba cuando  Ovalo, me encontré con Mariapaz, estaba más linda que nunca, fresca y radiante. En el momento que ella iba a hablarme, del bus de la línea 73 bajo la chica de labios lindos, y  sin avisar, sin saludar fue directo darme un beso de saludos, uno como se saludan los enamorados,  reaccioné como impulso retrocediendo –parece que no me has extrañado, por lo visto tu no pierdes el tiempo, te felicito- fue lo que dijo Paz , decepcionada otra vez,  -no Paz, no es lo que te imaginas, vamos a hablar- le dije suplicándole intentando tomarle de la mano.  Paralelamente la chica de labios lindos se hizo a un lado, en su rostro las lágrimas estaban a punto de salir y simplemente se marchó, confundida, avergonzada porque las demás chicas de los otros colegios estaban mirando mi patética escena de  amor.

En ese mismo momento Mariapaz se fue, una vez más llorando y sola, las miradas de las jovencitas que estaban el paradero lo decían todo, decidí  tras ella, y cuando pasé por un grupo del colegio Tacna una de ellas me maldijo diciendo  que ojalá por atorrante me dejen  las dos, fui a buscarla a su casa y no me abrían, su hermana menor salió diciendo que no me dejaba entrar y que me  vaya, no hice  caso y me senté al frente de su casa,  el frío  se hacía más fuerte , eran como las 9 de la noche y vi que a dos cuadras de su casa , un grupo de jóvenes estaban guerreando,  con machetes y  verduguillos, por un instante  me vi dentro de ellos y comprendí porque Mariapaz quería alejarme de ellos, cuando llegó su mamá  vio que estaba sentado en la vereda y no me saludó, ni me dijo nada, esa noche entendí muchas cosas y me quedé hasta  la media noche, ya nadie transitaba por esa calle, y cuando estuve a punto de regresarme a mi casa, vi que un taxi se estacionó en  su puerta,  tocó  la bocina y el corazón se me partió cuando vi que Paz salía con sus maletas,  entre lágrimas y regaños de su mamá,  me acerqué  a ella , le dije que me perdonara y que siempre la amaría, que nunca la olvidaría, mientras su mamá la metía a empujones y antes de que ella suba al taxi  también me dijo que me amaba y que  siempre iba a estar conmigo, en ese instante saque un casete donde había grabado una sola canción, Always de Bon Jovi, y había grabado mi voz con varios poemas que le escribí cuando estábamos separados, en ese audio también agregué una especie de testimonial, explicando por qué  bese a esa chica y que cuando lo hice, recordé la promesa que le dije aquella noche que sus labios permanecerían conmigo eternamente.  Mientras el taxi que manejaba el vecino se iba lentamente,  sentí  que en ese auto se iba gran parte de mi vida, mis ilusiones  se iban en ese taxi. Fue uno de los peores momentos  que viví, y encima  su mamá me dio una gran amenaza- si  te vuelvo a  ver por aquí te juro que hare que te peguen.

Todos los años intento buscar a Mariapaz,  una vez fui al Callao por donde me dijeron que vivía, pero me salieron robando.  Ya han pasado  algo de 16 años y hasta el día de hoy, cada vez que escucho  la canción de Bon jovi,  mi corazón recuerda la promesa que le hice a Paz, aquella promesa que significó tanto para mí como para ella.  Una promesa que sólo el olvido puede romperla y estoy seguro que ella no olvidará jamás.

Para ser honesto, a veces siento que la  veo en otras personas, como si aquellos tiempos volvieran otra vez.  Yo estoy seguro que la vida me dará la oportunidad de poder volverla a ver. Mientras escribo esto,  tengo unas ganas locas de ir a buscarla, de decirle que hasta hoy mantuve mi promesa,  y susurrarle al oído, que hoy ya nada podrá separarnos.

 *ESTA ES LA CANCIÓN QUE EN LA DÉCADA DE LOS NOVENTA  HIZO QUE ELLA Y YO GUARDEMOS NUESTRO CARIÑO PARA SIMEPRE.





  




:) 






*espero sus comentarios, muy pronto, una selección de poemas de amor y desamor...