AMOR EN LA RED

A INICIOS DE LA década del año 2000 la gente empezaba lo que llamábamos criollamente “el gileo cibernético”. Los chats no eran tan sofisticados como ahora lo es. Un día cuando estaba a punto de cerrar un chat porque estaba recontra aburrido y ponerme a leer, una persona me hizo la conversación, su seudónimo era “Cintrox” fue la primera vez que no empecé a chatear como siempre lo hacía, mismo interrogatorio policial. (Nombre, edad, país, ocupación etc...)

Simplemente hablamos de las cosas que pasan en las iglesias, los arquetipos que se forman en las congregaciones eran el blanco de mis ironías, Nuestro chateo se hizo agradable, nos reíamos de todas las cosas al menos eso decía la ventana del chat jajajajajajajaja ambos nos reíamos de todo y ya al final me dijo que se llamaba Claudia y que era de México. Al día siguiente entré a ese mismo chat casi a la misma hora, con la única intensión de volverla a ver, no entraba, pasaban los minutos y no entraba hasta que me percaté que su seudónimo estaba en la lista de asistentes de la sala de ese chat y al instante , como impulso la saludé, ella se acordó de mí, y comenzó un serie de plática que se extendieron por varios días, siempre pactábamos para las 4 de la tarde, ella era puntual, yo de la misma manera. Debo confesar que al principio pensaba en su seudónimo Cintrox, y me horrorizaba con solo pensar que era una de esas chicas metaleras que se han rapado la mitad de la cabeza y la otra mitad tienen el cabello largo y que tenía mechones de color morado y siempre se pintaba los labios de negro, pensaba que era una de esas chicas, hasta que un día le pedí que me enviara una foto, ella accedió y lo que llegó a mi email de fue lo más lindo que había visto, su rostro tan delicado que parecía una obra de arte y sus cabellos largos denotaban en ella cierto linaje real, no bromees conmigo, ella eres tú, -sí- respondió con seguridad- yo le envié mi mejor foto con la mejor postura y también le gusté, la cosa fue que al día siguiente, le dije que me estaba enamorando y que no había otra cosa en que pensaba más que en ella, Claudia se emocionó y me aceptó, así que por primera vez empecé mi relación por internet.


Como yo estudiaba en Chosica el tiempo y el dinero jugaban en mi contra, ahora admito que en ocasiones yo dejaba de comer para ahorrar y entrar al internet en videocámara, ya que en esos tiempos las videoconferencias era un lujo en lima, lo dejaba todo por estar con ella, si las cabinas estaban llenas me iba caminando o corriendo hasta chorrillos para alquilar otra cabina. Claudia poco a poco se convirtió en la duela de eso que todos mis sentimientos, esos sentimientos al que todos le llamamos amor, pero no solo porque era hermosa, si no porque con ella me sentía feliz, completo, recuerdo bien que mis amigos en la universidad me molestaban – oye y cómo hacen para darse un beso- a través de la pantalla o mediante un emoticón- añadían mientras se reían de mí. Eso no me importaba porque cada vez que respiraba la sentía a ella, de pronto un estado filogenético nos unía a través de las fibras ópticas del internet. Me bastaba con verla sonreír y a ella también le bastaba con verme feliz para que nuestro día sea el mejor de todos. Mi relación era de ensueño, ella me llamaba por teléfono y hablábamos casi toda la madrugada, ella me cantaba canciones con esa preciosa voz que tiene hasta el día de hoy y le leía poemas que le escribía, incluso nos habíamos puesto unos sobre nombres, yo era ODISEO y ella PENÉLOPE, en alusión al mito griego de aquel viajero que demoró varios años en llegar al lado de su amada. En muchas de nuestras platicas yo le decía que estaba dispuesto salir con mi bicicleta hacia allá que no importaba la distancia pero que iba a estar a su lado y que algún día ODISEO (o sea, yo) la iba a tener en mis brazos y ya nada podría separarnos.

Todo iba bien hasta que un día por casualidad y descuido mío, me retiré del internet donde asistía y había dejado mi cuenta de Hotmail abierto y todo lo demás, recuerdo que entro un chico con su amigo y se apodero de mi cuenta. Claudia recibió al día siguiente una carta donde le explicaba que tuve enamorada y que la estaba engañando de pronto tenía todas mis cuentas bloqueadas y no podía recuperarlas, la confusión entro en ella, cuando leyó supuestamente de mí que ya no la amaba, que estaba confundido, se acabó mi relación. Sé que ella sufrió mucho, y yo también la impotencia de no poder hacer nada, consumía mi alma lentamente.

Cuando pude llamarla por teléfono, porque no tenía su número, su mamá me la negaba, con el claro mensaje de no hacer sufrir a su hija, yo estaba desesperado por oír su voz tan solo una vez más, eso le pedía a Dios, déjame oír su voz una vez más, por favor.

Nueve meses después la llamé  y su mamá me dio la ingrata noticia –ella ya no vive aquí se ha mudado con su esposo- me enteré que se había casado hace un par de meses con el chico que la pretendía por años.  Esa noche el cielo claro de verano se caía a pedazos  al igual que mi corazón.  Ese día la palabra amor  se hizo ajena y extraña para  mí, esa palabra se perdió como ODISEO en el mito,  y hasta el día de hoy mi alma espera pacientemente por el horizonte una PENÉLOLPE  que me enseñe los caminos del amor.

(ESPERO QUE LES AGRADE ESTA CANCIÓN)

(DISCULPEN LOS errores LO HE ESCRITO DE UN SOLO GOLPE, YA LOS CORREGIRÉ)