En otras palabras puedo decir que escribir es resumir la condición humana, crucificarme y crucificar, amar y odiar. Y, al final de todo ello, comprobar la inutilidad de esta disciplina y descrubir que mis continentes son patios, que mis estrellas son luciérnagas, que mis desiertos son cajas de arena y que nada de lo dicho fue suficiente ni exacto...
sábado, mayo 21, 2011
SERENATAS DESESPERADAS
Casi siempre me han dicho que yo soy un tipo al que de todas maneras le pasa algo, que todo me sucede a mí. La otra vez me puse a reflexionar sobre ese punto, a mis recién cumplidos 30 años me he puesto a pensar en qué es lo que a mí me pasa y a otros no. Sé que cada uno tiene su propia vida, su propia película que contará algún día ante Dios. (y de eso nos reiremos todos).
A la conclusión que llegué, fue que a mi edad, he vivido varias de esas películas juntas, en situaciones distintas; en buenas y malas, en momentos extraños y sobre todo, en los momentos más tristes que uno no quisiera actuar, como diría Alfredo Bryce, “El sufrimiento es síntoma de una contracción y funciona como si la vida se alejara de nosotros...” (Entre el Amor y la Soledad). Es por eso que he terminado aquí, escribiendo historias que me ocurrieron (a Fausto, sólo a él) o tal vez que quise que me sucedieran a mí. (Johnny Bello).
Como todo joven enamorado, que casi siempre fui, confieso que por falta experiencia en estos asuntos he cometido los peores errores que un hombre puede cometer... les presento algunos de los roches (entiéndase por ROCHE, a asuntos vergonzosos que a una persona le ocurre y quiere que en eso momentos esconder la cabeza como un avestruz, debajo de la tierra) más grandes que un joven enamorado hace.
ROCHE I: SERENATA CON SERENAZGO NO CAE
Cuando regresaba de la calle hacia mi barrio me encontré con un amigo el cual todos nosotros le decíamos “chochira” un moreno de aquellos que se cree el gran vudú en asuntos con féminas, así que me puse a platicar con él sobre el último partido de futbol de Alianza Lima y fue así como le pude entablar mi consulta- oe brother me gusta una chica, ella trabaja en un banco, la conocí en la casa de una amiga, y ya son dos veces que me encuentro con ella en el carro,(ómnibus) le hice el habla y parece que le agradé- le dije sintiéndome orgulloso de ello- enserio, oe ya pe, si te hablo y te sonrió, ya tienes el jamón servido compadre, sólo ve y ataca- me dijo mostrándose seguro de lo que hablaba- no seas quedado porque te pueden atrasar, sobre todo si está rica, ya fuiste- agregó – pero como le hago pues, dime algo pues dame una idea y te juro que lo hago- le dije mostrándole mis respetos a su trayectoria mujerística –No seas huevón pues hermano, eso lo tienes que hacer tú, pero eso sí, sé original y vas a ver que cae como mantequilla a tus brazos – me dijo con autoridad y seguridad.
Esa autoridad y seguridad que mi amigo “Chochira” me había mostrado me impulsó a ingeniarme algo, decidí llevarle serenata, pero no una serenata cualquiera, tendría que ser especial, además yo estaba miso (como de costumbre) y no me alcanzaba para unos Charros Mexicanos, entonces me acordé de unos cieguitos que canta en los autobuses de la vía expresa, ellos tienen un parlante de sonido y su discman, así que decidí emprender algo que a mis 20 años se vería como la locura más cursi de todo el mundo.
Recuerdo que ella trabajaba en un banco de la Av. Javier prado, y que me comentó que se moría por las canciones de Luis Miguel, en especial por los boleros que él interpretaba.
A la mañana siguiente, ya tenía preparado todo, había desarmado uno de los parlantes del equipo cuadrafónico de mi padre y lo conecté a mi discman, recuerdo bien que todo eso lo llevé en el cochecito que mamá hacía las compras en los domingos, no me gustaba porque sus llantitas emitían un estruendoso e incomodo sonido muy agudo capaz de perforar todo tímpano una cuadras a la redonda, pero estaba decidido a todo. Mientras iba en el bus de la 73 me imaginaba a Lucía, tan hermosa como su cabellera, que al escuchar mi canción ella salía corriendo del trabajo hacia mis brazos y que tras las ventanas de las oficinas del banco la gente aplaudiendo el triunfo de nuestro amor con un febril beso- Javier, Prado, quien baja en Javier prado- gritó el cobrador- y el sonido chirriante del coche de compras era más fuerte que la canción que sonaba en el bus. Tomé aire y me dirigí hacia el banco, era un día Martes, un día casi normal, con poca gente. Busqué con la mirada a través de las ventanas y me di cuenta que su oficina estaba por la parte del costado del banco, fui hacia su ventana, prendí la radio, le subí todo el volumen y la canción comenzó a sonar, y mientras Luis Miguel me ayudaba cantando “Usted, es la culpable…” yo gritaba el nombre de Lucía una y otra vez, ella se asomó por la ventana, me miró, de pronto, todas las oficinas miraban que yo tenía en mis manos un pliego de cartulina blanca en mi manos escrito con el nombre de ella, y debajo había escrito un pequeño poema de Bécquer. Pensé por unos instantes que lo que estaba imaginando en el bus sería una realidad, iba a vivir un sueño de película, pero quien fue hacia mí no fue Lucía exactamente, fue un enorme moreno encargado de la seguridad que empezó a botarme de ahí, yo resistía, peleaba por mantenerme ahí, con el letrero en mano, como si fuera un huelguista del centro de Lima, pero Lucía no salió, se escondió y en menos de cinco minutos llegó la camioneta del Serenazgo de San Isidro, bajo un oficial y un sereno, ellos querían que entre a la camioneta, yo no quería entrar, seguía resistiéndome gritando el nombre de Lucía. Y en eso empecé a correr, porque querían llevarme a la comisaria. Con el cochecito de mamá en mano empecé a correr y con el sonido chirriante era más constante y fuerte, delataba mi cobarde huida, voltee la cabeza y vi que tras de mí estaba el moreno de seguridad corriendo, el policía y el sereno, hasta que otro patrullero me cerró el paso en la esquina y el coche con el parlante y yo fuimos rumbo a la comisaría. Ya en el camino los serenos se burlaban de mí –oe chiquillo, porque no te dedicas a estudiar y te dejas de hacer huevadas- me acusaba mientras íbamos dentro del patrullero- acaso está prohibido llevar serenata a alguien que me gusta- respondí todavía agitado- la flaca dice que no te conoce y con eso ya fuiste- contestó el sereno- y me quedé en silencio.
unas cuantas cuadras después el policía me botó del patrullero y me amenazó diciendo que si yo volvía, ahí me jodía, y así terminó mi intento amoroso, triste, derrotado, confundido, odiando a “Chochira” por los consejos quew me dio y sin mi CD de Luis Miguel, porque el sereno me lo quitó en el patrullero y con el mismo sonido chirriante del viejo coche que estaba igual que yo, emprendi la caminata hacia mi casa, porque mientras corría, no me había dado cuenta que mi único pasaje se me había caído, así que el camino fue largo, lento y melancólico.
Creo que siendo irónico les presento esta canción de Jack Johnson - better together, espero que les guste
PD 1 : El título dice: SerenataS, es decir, hay otras pequeñas serenatas que publicaré, igual de "rochosas" que esta, y con el mismo estilo tan galante para malograr todas las cosas.
PD 2 : El chiste de la semana: (en plena clase) -Muy bien chicos vamos a estudiar castellano- dijo el profesor- Sí profe, me gusta, ese tema, me gusta porque Ramón Castilla liberó a los negritos- acotó la chica muy feliz- De qué hablas KAREN- contestó el profesor- profe acaso Ramón Castilla no inventó el CASTELLANO- risas estrepitosas del salón- (ustedes disculpen a mi alumna, de pequeña tuvo un problema con el mercurio)
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HOLA, FAUSTO ME SUPER AGRADO ESTE TEXTO, QUE BUENO QUE AHORA SI SOY LA PRIMERA EN COMENTAR TU BLOG,ERES UNA PERSONA LINDA, ESPERO QUIE SIGAS ASÍ, TU ADMIRADORA DE AREQUIPA
ResponderEliminarVANESSA
XVR Profe, ya nos habia contado la historia pero no con tanto detalle. Espero la proxima con ansias
ResponderEliminarprofe!!! ya quisiera yo que alguien haga eso por mi, que lindo gesto profeosr johny!!! felicidades
ResponderEliminarProfe como simpre felicitandolo , y tambien sorprendiendome x estas historias. Tambien corregirlo en algo en el primer parrafo puso esto casi al final "pues hermano, eso lo tienes que hacer tú" deberia decir -pues hermano, eso lo tienes que ser tú. Y nada mas sigua asi espero la siguiente parte como me lo dijo en en colegio.
ResponderEliminarProfe ... si quiera su vida no estan dolida menos de pequeño, la vida es como el mar , uno no divisa la marea pero la extravagancia de las olas nos guia la ruta ...
ResponderEliminarprofe...usted sii sabe....sigua asi...cuidese!!;)
ResponderEliminaroe webon sigue publicando pe
ResponderEliminarprofe publique nomas no sea puto
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