
Dicen que la época del colegio es una de la mejores etapas de nuestras vidas, en ocasiones esta frase nostálgica puede ser cierta o no, es más, para algunos puede significar tanto como el primer beso, como la primera vez que el amor llamó a tus puertas o simplemente como aquella vez en que te rompieron el corazón en pedacitos.
De alguna manera u otra, el colegio siempre guarda a los personajes más pintorescos y entrañables difíciles de olvidar; pues ahí tenemos al típico galán que alardea en el grupo de amigos contando que se agarró ( llámese agarrar, a la forma popular juvenil de besar en los labios a alguien) a dos o tres chicas en la semana, también está el que se cree el más astuto, vivaracho, ese que copió en el examen y nadie le dijo nada porque es el bacán de todos y si tiene algún problema se pueden pelear con él afuera y no pasa nada ( un tirapiedra, que anhela de grande estar preso en Lurigancho en el pabellón de los más renqueados delincuentes).
Junto a ellos, y por una cuestión de aburrimiento se encuentra aquel chico tranquilo, que quizás le gusta el estudio más que otros, ese chico que es capaz de resolver el examen trimestral de matemáticas, tomarse de la molestia de resolver otro de quinto año y encima aprobar en los dos con veinte. También está aquel chico tranquilo, amiguero que comparte contigo las bromas del cole, pero que resulta ser un despistado al cien por ciento, y por consecuencia “la tribu” abusa de su forma de ser, en otras palabras el lorna del grupo (entiéndase por lorna a aquel individuo que resuelve un examen de un grado inferior al suyo sin que se dé cuenta y para colmo de males, desaprueba). Creo que en el fondo les gusta ocupar ese papel en el grupo.
Quizá estos personajes sean de los más comunes en los grupos de estudiantes, pero el motivo de este texto es porque hace unos días mientras leía unos poemas de Carlos Oquendo de Amat, uno de sus caligramas me trajo el recuerdo de un amigo en particular, su nombre es Nicolás, él estudió conmigo en el colegio. Recuerdo que cuando Nico leía un libro no entendía nada, yo le preguntaba
– oe Nicolás qué estás leyendo- él con poses de intelectual respondía- La Guerra del Fin del Mundo. Por coincidencia yo había leído esa obra de Mario Vargas Llosa hace un buen tiempo y le pregunto, en qué parte vas, él sin perder esa postura de intelectual respondió- voy en la página 134- pero en qué parte de la obra pues Nicolás-y de manera furibunda respondió
- no se pe, son un montón de páginas que he leído, qué me voy a acordar.
Por su puesto que que esa no es la respuesta que esperaba de él, sólo me mostro que Nico no entendía nisiquiera el título de la novela que leía, dicho sea de paso, se pasó con esa novela en la mano todo un año y en la misma página.
En otra ocasión el profesor de gramática le preguntó porque la palabra “ómnibus” lleva tilde y la respuesta acertada de Nicolás fue porque en el Microsoft Word sale una raya roja que te dice que lleva tilde, obviamente que todos nos comenzamos a reír carcajadas. En sociales se atrevió a corregirle a Carolina, la chica más aplicada, diciendo en plena clase que Miguel Grau proclamó la independencia del Perú en el Huáscar. Creo que él nunca supo lo que hacía, su afán por querer sobresalir lo hacía quedar en muchas ocasiones en ridículo.Todos sabíamos que nunca lo hacía por broma, puesto que Nico para sus padres era el futuro abogado de la familia, el insigne estudiante que esperaba sacar diplomas, pero caso contrario, apenas llegaba sacar once en todos los curso, su máxima nota, doce en educación física pues Nicolás era flaco, tan flaco que siempre parecía que siempre caminaba de costado, y los pantalones siempre los traía caídos, un alma en pena. Con ojos grandes y hundidos, con pómulos sobresalientes y una voz que denotaba esfuerzo, parecía que Nico hacia esfuerzo para hablar.
Después de las nefastas intervenciones de Nico , un día cuando jugábamos fútbol, no sé por qué le dije – oe , burrolás, pásame la pelota. Me llamó la atención que los dos equipos nos detuvimos un momento y nos matamos de la risa de él.Fue sin ninguna intención el consagrarlo con ese apodo pero a partir de ese día todos le pusimos varios apodos, adjetivos que terminaban como su nombre como; burrolás, muertolás, secolás, brutolás , tontolás enfermolás y así sucesivamente, él sólo respondía requintándote la madre, eso sí, Nico no se dejaba amilanar tan fácilmente.Lo más gracioso fue cuando Nico se enamoró de una chica del cole, mis amigas del salón trataban de ayudarlo y un día lo dejaron sólo con la chica que le gustaba en el salón como para que se mande y lo primero que a Nico se le ocurrió fue decirle con esa voz tan desganada, oe ha sabido el pollo no, pucha que está caro en el mercado- la chica extrañada por lo que Nico le dijo trataba de irse, pero ella sabía que nosotros estábamos atrás escuchando todo, y creo que por eso no lo dejó, trató de darle una segunda oportunidad, ella le preguntó directamente- sientes algo por mí- al parecer esa premisa dejó a Nico un tanto pasmado, hubo como un minuto de silencio, y respondió- pero te vas a molestar si te lo digo- creo que esa respuesta enterneció a la chica al ver su falta de experiencia , al ver la inocencia de Nico hacia ella y justo cuando Nico había tomado aire como impulso para decirle lo que sentía, de manera estrepitosa fue interrumpido por la campana del colegio que anunciaba el final del recreo. Par termina esta historia de Nico, les puedo decir que nunca se llegó a mandar, puesto que a los dos días la chica se cambió de colegio por motivos de trabajo de su papá.
Historias y personajes como Nicolás siempre abundan en el colegio, tal vez no se den cuenta pero cuando pasen los años las apreciarán más y querrán volver a vivirlas. Hasta donde sé, Nicolás está casado y ese amigo que un día conocí, hoy escribe una de las mejores historias de su vida, la de ser papá.
DEDICADO PARA TODOS AQUELLOS QUE CONOCEN A UN NICOLÁS O TAL VEZ PARA AQUELLOS QUE LLEVAMOS UN NICO DENTRO DE NOSOTROS.
De alguna manera u otra, el colegio siempre guarda a los personajes más pintorescos y entrañables difíciles de olvidar; pues ahí tenemos al típico galán que alardea en el grupo de amigos contando que se agarró ( llámese agarrar, a la forma popular juvenil de besar en los labios a alguien) a dos o tres chicas en la semana, también está el que se cree el más astuto, vivaracho, ese que copió en el examen y nadie le dijo nada porque es el bacán de todos y si tiene algún problema se pueden pelear con él afuera y no pasa nada ( un tirapiedra, que anhela de grande estar preso en Lurigancho en el pabellón de los más renqueados delincuentes).
Junto a ellos, y por una cuestión de aburrimiento se encuentra aquel chico tranquilo, que quizás le gusta el estudio más que otros, ese chico que es capaz de resolver el examen trimestral de matemáticas, tomarse de la molestia de resolver otro de quinto año y encima aprobar en los dos con veinte. También está aquel chico tranquilo, amiguero que comparte contigo las bromas del cole, pero que resulta ser un despistado al cien por ciento, y por consecuencia “la tribu” abusa de su forma de ser, en otras palabras el lorna del grupo (entiéndase por lorna a aquel individuo que resuelve un examen de un grado inferior al suyo sin que se dé cuenta y para colmo de males, desaprueba). Creo que en el fondo les gusta ocupar ese papel en el grupo.
Quizá estos personajes sean de los más comunes en los grupos de estudiantes, pero el motivo de este texto es porque hace unos días mientras leía unos poemas de Carlos Oquendo de Amat, uno de sus caligramas me trajo el recuerdo de un amigo en particular, su nombre es Nicolás, él estudió conmigo en el colegio. Recuerdo que cuando Nico leía un libro no entendía nada, yo le preguntaba
– oe Nicolás qué estás leyendo- él con poses de intelectual respondía- La Guerra del Fin del Mundo. Por coincidencia yo había leído esa obra de Mario Vargas Llosa hace un buen tiempo y le pregunto, en qué parte vas, él sin perder esa postura de intelectual respondió- voy en la página 134- pero en qué parte de la obra pues Nicolás-y de manera furibunda respondió
- no se pe, son un montón de páginas que he leído, qué me voy a acordar.
Por su puesto que que esa no es la respuesta que esperaba de él, sólo me mostro que Nico no entendía nisiquiera el título de la novela que leía, dicho sea de paso, se pasó con esa novela en la mano todo un año y en la misma página.
En otra ocasión el profesor de gramática le preguntó porque la palabra “ómnibus” lleva tilde y la respuesta acertada de Nicolás fue porque en el Microsoft Word sale una raya roja que te dice que lleva tilde, obviamente que todos nos comenzamos a reír carcajadas. En sociales se atrevió a corregirle a Carolina, la chica más aplicada, diciendo en plena clase que Miguel Grau proclamó la independencia del Perú en el Huáscar. Creo que él nunca supo lo que hacía, su afán por querer sobresalir lo hacía quedar en muchas ocasiones en ridículo.Todos sabíamos que nunca lo hacía por broma, puesto que Nico para sus padres era el futuro abogado de la familia, el insigne estudiante que esperaba sacar diplomas, pero caso contrario, apenas llegaba sacar once en todos los curso, su máxima nota, doce en educación física pues Nicolás era flaco, tan flaco que siempre parecía que siempre caminaba de costado, y los pantalones siempre los traía caídos, un alma en pena. Con ojos grandes y hundidos, con pómulos sobresalientes y una voz que denotaba esfuerzo, parecía que Nico hacia esfuerzo para hablar.
Después de las nefastas intervenciones de Nico , un día cuando jugábamos fútbol, no sé por qué le dije – oe , burrolás, pásame la pelota. Me llamó la atención que los dos equipos nos detuvimos un momento y nos matamos de la risa de él.Fue sin ninguna intención el consagrarlo con ese apodo pero a partir de ese día todos le pusimos varios apodos, adjetivos que terminaban como su nombre como; burrolás, muertolás, secolás, brutolás , tontolás enfermolás y así sucesivamente, él sólo respondía requintándote la madre, eso sí, Nico no se dejaba amilanar tan fácilmente.Lo más gracioso fue cuando Nico se enamoró de una chica del cole, mis amigas del salón trataban de ayudarlo y un día lo dejaron sólo con la chica que le gustaba en el salón como para que se mande y lo primero que a Nico se le ocurrió fue decirle con esa voz tan desganada, oe ha sabido el pollo no, pucha que está caro en el mercado- la chica extrañada por lo que Nico le dijo trataba de irse, pero ella sabía que nosotros estábamos atrás escuchando todo, y creo que por eso no lo dejó, trató de darle una segunda oportunidad, ella le preguntó directamente- sientes algo por mí- al parecer esa premisa dejó a Nico un tanto pasmado, hubo como un minuto de silencio, y respondió- pero te vas a molestar si te lo digo- creo que esa respuesta enterneció a la chica al ver su falta de experiencia , al ver la inocencia de Nico hacia ella y justo cuando Nico había tomado aire como impulso para decirle lo que sentía, de manera estrepitosa fue interrumpido por la campana del colegio que anunciaba el final del recreo. Par termina esta historia de Nico, les puedo decir que nunca se llegó a mandar, puesto que a los dos días la chica se cambió de colegio por motivos de trabajo de su papá.
Historias y personajes como Nicolás siempre abundan en el colegio, tal vez no se den cuenta pero cuando pasen los años las apreciarán más y querrán volver a vivirlas. Hasta donde sé, Nicolás está casado y ese amigo que un día conocí, hoy escribe una de las mejores historias de su vida, la de ser papá.
DEDICADO PARA TODOS AQUELLOS QUE CONOCEN A UN NICOLÁS O TAL VEZ PARA AQUELLOS QUE LLEVAMOS UN NICO DENTRO DE NOSOTROS.
PD: Escuchen esta canción, no lo sé pero ahora que me voy acercando a los terribles 30 años escuchar esta canción me hace recordar mucho a la época del colegio.
siesiga asi, no deje de publicar
ResponderEliminarhola no se como di con este blog pero me gusto mucho el relato, pues tiene razon así son vzrios de los alumnos. me agradó la historia de nicolas, tiene una manera linda de decir las cosas siga asi.
ResponderEliminarno lo conozco pero me agradaria conocerte fausto,eres una persona interesante porque no me das tu correo :) besitoss!!
camila.
hable profe... porque en ves de desperdiciar su tiempo en este blog, porque no mejor escribe un libro... ^^
ResponderEliminaraunque ud. nos comento en su clase que ya estaba escribiendolo pero hasta ahora nada... ^^
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ResponderEliminarSuper XD
ResponderEliminarhola profe com se encuentra espero q bien, q bueno q siga con su blog, extrano mucho sus palabras pero este medio es una manera de recordarlo. gracias x todo su aprecio, espero verlo pronto ya q xfin saldre de vacaciones.=)
ResponderEliminarcuidese mucho
lo quiero
aahahahah hay!!!Bello!!! has hecho q me acuerde de Saarmiento ahahahah bien ahi
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