"LOS AÑOS MARAVILLOSOS"

Cada vez que veo a escolares con uniforme de colegio en la calle, a horas de estudiar, a horas de clase, indudablemente viene a mi memoria una pregunta ¿habrán ido al colegio? ¿Acaso se han tirado la pera? Tal vez mi mente viaja mucho, dirán algunos de ustedes, que mal pensado con los pobres jóvenes, Fausto no sea así. De hecho que alguna explicación de por medio habrá para justificar a esos alumnos.
No puedo evitar recordar mí época de colegial, aquellos años dorados en que la juventud estaba a flor de piel, y no por los colegios en donde estudié, si no por las circunstancias que viví, que hoy al recordarlos, me causan risa y asombro admirándome de la magnitud de las cosas que hice.
Recuerdo que un día decidí junto con mi amigo Daniel Natteri, mi gran amigo de la secundaria, que ya estábamos un tanto aburridos del colegio (y eso que recién estábamos en Abril) y acordamos en no ir, ahora que lo pienso ese acuerdo no tenía una fecha límite, es más como parte del trato decidí redactar una especie de cláusula de hombría y de vagancia para que esté por sentado nuestra decisión de tirarnos la pera y que ninguno de los dos fallé en el intento. Invitamos a unos cuantos amigos del colegio para que se unan a nuestra causa, pero se chuparon, y fue así que decidimos nuestra huída, nos encontramos en el parque Torres Paz (distrito de Barranco) y para empezar no sabíamos a donde ir, yo le dije-vamos a la playa y con un además positivo estuvo de acuerdo conmigo. Días después, porque ya habían pasado dos semanas que no entrabamos al colegio, se nos unió Roger y como sus padres eran separados, casi siempre su casa estaba vacía, así que decidimos que el departamento de Roger en Miraflores sería nuestro refugio.
Los problemas comenzaron cuando tres chicos del tercer año se nos unieron, luego dos de quinto y tres chicas de cuarto, entonces me di cuenta que éramos una comunidad de vagabundos del colegio San Juan de Barranco. Como todas las cosas, nuestro tiempo llegó a su final. La directora llamaba por teléfono pero nunca nos encontraba puesto que yo le había dado el número de la casa de Daniel y él, el número de mi casa, y cuando miss Benita llamaba a mi “casa” el número era equivocado y por eso que nunca daba con nosotros (debo recalcar que en esos días no todos tenían un celular). Cuando fui al colegio a ponerme al día porque eso sí, no entrabamos pero todos los días esperaba en la esquina del colegio a Karminia, la más chancona, para ver los temas que habían hecho y ponerme al día me encontré con el profesor de computo (eso sí, en esos tiempos había computadora, a blanco y negro no mas, pero había) que sorprendido hizo un gesto imperativo y con una sola frase, se derrumbó mi gran huída. Ustedes no se imaginan lo que pasó en el colegio, miss Benita me dijo que mañana venga con mis padres de los contrario me expulsarían y automáticamente desaprobaría el año.
De regreso y caminando lentamente, a paso de enamorado, maquinaba la forma de cómo librarme de esta situación, y de pronto, sucedió. La inspiración y mi salvación se veían reflejadas en un individuo que gritaba a viva voz, boteeeeeellas, coooompro boteeeeellas, su voz era gruesa, ronca su aspecto denotaba un cansancio terrible. Por qué no hacerlo- me dije yo mismo- total nada pierdo con intentarlo- impulsado por esa fe inmensa, pensando que ese tipo podía salvarme, me acerqué y le dije-Maestro que tal, quiere ganarse veinte lucas, en veinte minutos-como era de suponerse el señor me miró extrañado por mi propuesta y respondió- que pasa sobrino, a quien hay que matar-me reí un tanto nervioso y le expliqué el negocio de su vida. Por supuesto, el caballero aceptó.
Al día siguiente llegué al colegio con mi padre, en un taxi amarillo que estaba muy de moda en esos tiempos, entramos al colegio y la directora le explicó a mi apoderado mis constantes faltas, mi padre con rostro avergonzado, no sabía dónde esconder la cabeza y se disculpó por las faltas, algunas las justificó y otras no, le prometió que nunca más iba a ocurrir eso y que yo tendría mi reprimenda merecida, pero le pidió encarecidamente que me puedan evaluar y dar una segunda oportunidad. Al salir de del colegio porque mi padre llegó para la salida, todos , la pequeña secundaria de ese colegio particular, pensaban que para el día de mañana vendría con ojo morado o mutilado, pero no fue así, mi padre , al dar la vuelta de la esquina me dijo-ya sobrino, mis veinte lucas, y para la otra no seas pendejo, estudia chibolo- yo respondí-oe tío la ropa de mi viejo, pásamela al toque-y con una voz un tanto burlona me contestó-gracias, eres un buen hijo, nos vemos varón.
Al día siguiente fui al colegio y delante los profesores mi rostro estaba compungido, triste, pero cuando estaba con mis patas en el recreo nos matábamos de la risa cuando les contaba que el botellero pendejo se había robado la ropa de mi viejo, hasta las medias marca Lancaster no se salvaron, lo curioso es que a la semana siguiente el botellero estaba vendiendo parte de la ropa de mi papá a un precio muy barato.
Si se preguntan qué pasó después, en la entrega de libreta por ejemplo, o en alguna escuela para padres u otra actividad …pues eso es otra historia, sólo puedo mencionar que tuve que decirle a la directora que vendría mi padrastro con mi mamá y después…como les dije eso es otra historia.
Puede que esto, después de 15 años atrás suene a risa o a una anécdota graciosa, pero en realidad no es así, perdí mucho tiempo de mi vida en tonteras y no aproveché las cosas en su debido tiempo, la verdad es que me arrepiento de esas cosas, y si tuviera la oportunidad de volver a vivir esos "AÑOS MARAVILLOSOS". No lo haría, aprovecharía al máximo el esfuerzo de mis padres. Escucharía con más atención cada palabra de ellos.

Pd 1: NUNCA PERO NUNCA intenten hacer algo así, en esos días la tecnología no era tan delatadora como lo es hoy, pues existen celulares, GPS, Facebook, y otras formas de enterarse cuando alguien no llega al colegio.

Pd 2: Puede que este texto no sea real, puede que haya un 50% de veracidad o no, recuerden que Mario Vargas Llosa dijo que en literatura se justifica que una realidad puede ser tomada como falsedad “LA VERDAD DE TODAS LAS MENTIRAS” y si quieren saber más averígüenlo ustedes mismos, les cuento que mi amigo Daniel Natteri , hoy es un gran pintor egresado de la escuela superior de Bellas Artes, bien por él.

Pd 3: debido a los exámenes y otras actividades curriculares y extracurriculares no pude publicar con más tiempo, MIL DISCULPAS POR ESO.

Pd 4: No olviden las otras tres. :)
Atte.
FAUSTO.
(estudien para los exámenes que se vienen)